El renacer de Bombas Gens

Artículo publicado originalmente en la sección de cultura de las ediciones del diario Levante-EMV del 27 de julio de 2017.


El renacer de Bombas Gens


Este mes de julio se abrieron las puertas de la tan esperada rehabilitación de la fábrica de Carlos Gens, reconvertida en un flamante moderno centro de arte. El edificio, concebido en 1930 por Cayetano Borso di Carminati como un espacio industrial, se convertía, gracias a la iniciativa de la Fundació Per Amor a l'Art y al trabajo de los arquitectos Annabelle Selldorf, Diana Sánchez Mustieles, Eduardo de Miguel y Ramón Esteve, en un espacio contemporáneo de arte en el corazón del barrio de Marxalenes.

La primera visita al nuevo centro de arte, del que ya se enorgullece la ciudad, permite descubrir, en un primer nivel, la restauración, rehabilitación y adaptación del edificio industrial, de grandes espacios, que ha permitido recuperar un edificio singular del barrio olvidado e ignorado por el resto de la ciudad. Ladrillo, hierro, cristal y forja, desprovistos de su frialdad natural, sirven ahora para cobijar de forma amable a sus visitantes.

En un segundo nivel gana en protagonismo el contenido, esas obras de arte contemporáneo que componen la colección Per Amor a l'Art que, junto a la exposición temporal de obras fotográficas de Bleda y Rosa, han servido para poner de manifiesto la importancia del coleccionismo privado de arte puesto a disposición de la sociedad.

Y en un tercer estadio, el visitante se encuentra con la propia historia del edificio. Esas "Historias de Bombas Gens" que dan humanidad a la fría personalidad de la arquitectura industrial y que, a través de fotografías y, sobre todo, testimonios personales, permiten descubrir la importancia que tuvo esta fábrica para el barrio a lo largo de su historia, no sólo en cuanto a espacio de trabajo y socialización, sino también como generadora de espacios y geografías y como centro de asistencia vecinal en situaciones críticas vividas por los habitantes de esta ciudad.

Bombas Gens ha renacido finalmente. Tras abandonos, incendios y olvidos desde su cierre en 1991, sus naves vuelven a nutrirse de actividad. La fundición de piezas destinadas a esas bombas hidráulicas para riego ha dado paso a una actividad cultural y expositiva que, en cierta manera, hará recuperar la fábrica como espacio de referencia y socialización vecinal. Y es que es precisamente entre sus vecinos y vecinas donde Bombas Gens tiene una especial responsabilidad por lo que ha supuesto simbólica e identitariamente para todos ellos.

Marxalenes se ubica ahora en el mapa artístico de la ciudad, y estamos convencidos de que el equipo humano que forma parte del centro hará que su actividad vaya mucho más allá de la dinámica inaugural. Los varios miles de visitantes alcanzados a día de hoy auguran una trayectoria optimista, aunque este éxito inicial no debería hacer bajar la guardia a sus gestores.

La ciudad de València y su sector artístico han demostrado su aceptación y el inicio de una serie de oportunidades que habrá que aprovechar. También llegará el momento en que València reconozca la labor contemporánea de mecenazgo cultural de la Fundació per Amor a l'Art, como también en su día hicieran Jesús Martínez Guerricabeitia, la Fundació Bancaixa o la Fundación Chirivella Soriano, entre otros.

Es posible que el renacimiento de Bombas Gens como centro de arte, a semejanza de otros espacios arquitectónicamente similares en otras ciudades europeas, abra un nuevo tiempo en el escenario cultural valenciano, necesitado de iniciativas privadas coherentes tanto económica como social y éticamente, pero en ningún caso debería servir para un relajamiento de la iniciativa pública, que se sigue configurando como el único garante del acceso universal a las manifestaciones culturales para la ciudadanía. En todo caso, ¡bienvenido Bombas Gens Centre d'Art!, hace tiempo que te esperábamos.

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